En abril de 2016, me diagnosticaron Mesotelioma pleural, que se localiza en la membrana que recubre los pulmones. (Es el cáncer que produce el asbesto), es un cáncer que crece como enredadera en el mesotelio (una membrana que recubre varias cavidades corporales).
La cura fundamental son las quimioterapias, ¡las temidas quimioterapias! Hoy tengo 70 años y llevo en este tratamiento desde esa fecha, ya casi tres años. Ha sido un trayecto tremendo, a veces exitoso porque el cáncer se ha reducido, a veces fracasado porque este tipo de cáncer es raro y rebelde y, a pesar de los tratamientos avanza, en ocasiones, de manera acelerada.
Frente al cáncer a los 68 años tuve tres muy grandes ventajas:
1.- Una condición física extraordinaria. Llevaba, ya desde muchos años atrás, una muy sana alimentación y un fuerte entrenamiento físico aeróbico, carrera cinco y diez kilómetros tres o cuatro veces a la semana. Un par de años antes corrí medio maratón en dos horas y media. Además, levantamiento de pesas en el gimnasio. La verdad tenía un cuerpo musculoso y firme. Deje de fumar, con grandes esfuerzos, a los cuarenta años. Nunca me permití adicciones.
El ejercicio me permitió desarrollar la disciplina y vencer la mente que te plantea muchas limitaciones. ¡Que afortunado haberlo hecho, pagó grandes dividendos!
2.- Un crecimiento emocional y espiritual impulsado desde la adolescencia, en el afán de encontrar respuestas al mundo y las circunstancias que me rodeaban, a la educación recibida, a las contrariedades y contrastes de la vida, así como los retos y desafíos que la vida me ha ido presentando… cada vez más grandes.
3.- Un seguro de gastos médicos mayores muy bueno, amplio y que me ha permitido seguir los tratamientos del cáncer tan, pero tan costosos. Me cambié de aseguradora un par de años antes del diagnóstico.
Fue duro enfrentar el diagnóstico y al buscar información encontrar que no hay cura para el mesotelioma, por que cuando se manifiestan los síntomas, es cuando el cáncer se encuentra en estadios muy avanzados. Dicen: “Saber que no hay cura para el mesotelioma puede ser desalentador y terrorífico para el paciente y sus seres queridos”. Los índices de supervivencia son bajos, el sesenta por ciento muere durante el primer año del diagnóstico, solo el diez por ciento logra sobrevivir cinco años o más. Entonces, el panorama se veía complicado.
Al día siguiente del diagnóstico estando en el hospital, recibí una junta de médicos: los dos cirujanos que me habían realizado la pleurodesis (un proceso para drenar el agua del pulmón y pegar las pleuras), un neumólogo, dos oncólogos: un radioterapeuta y uno tradicional. El único tratamiento posible era la quimioterapia, fue el consenso. En ese momento, ahí en mi bata de hospital, en medio de la junta médica descubrí que, junto con la enfermedad, contaba con importantes elementos para mi atención, lo que aunado a las ventajas que antes les comenté, hizo que naciera en mi la convicción de poner todo de mi parte y luchar con entereza.
Al recorrer esta nueva etapa de mi camino y ya a cierta distancia, me doy cuenta que me encontraba preparado para recorrerla. Dice Deepak Chopra que no existen las coincidencias, son mensajes codificados a los que debemos de prestar atención para descifrar su significado y que preparan nuestro camino. La vida es el misterio más grande.
Bajo estas circunstancias las historias de supervivientes continuamente inspiran y dan esperanza a aquéllos que luchan contra el cáncer.
Todas las formas aprobadas de tratamientos para el cáncer (quimioterapia, radiación y cirugías) requieren de una terapia física o rehabilitación, porque se necesita estar fuerte para afrontar el tremendo impacto del tratamiento.
Eso me he propuesto: estar fuerte física y espiritualmente. Hoy me empeño en seguir con tenacidad.
Visitar:
NIH. Instituto Nacional del Cáncer. www.cancer.gov
Instituto Nacional de Cancerología. www.incan.salud.gob.mx
Libros:
Sincro Destino. Deepak Chopra. Alamah.
La Rueda de la Vida. Elisabeth Kubler – Ross. Vergara.
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